Esta semana os propongo una ruta circular
desde Zárate a la cueva de Lazalday, un paseo circular de unos 2 kilómetros y
medio.
La cueva de Lazalday es una de las
cavidades más extensas del macizo del Gorbea (más de un kilómetro y medio de galerías),
con extrañas formaciones tanto aéreas como subacuáticas, fauna cavernícola y
otros tesoros dignos de protección. Y desde luego que están protegidos, pues
una reja metálica nos impide adentrarnos más allá de los 30 primeros metros…,
¡afortunadamente!
Partimos desde el lavadero del pueblo de Zárate
(coordenadas 42.96558, -2.78708) y tomamos el camino ascendente que sale del
pueblo en dirección al Gorbea (norte). En unos 100 metros encontramos una verja
metálica y, al otro lado, una pista. Tomamos la pista a mano derecha. En apenas
20 metros se bifurca; tomamos entonces el ramal de la izquierda, el más marcado
y de mayor pendiente ascendente.
A los 300 metros aproximadamente
(coordenadas 42.96976, -2.78877) encontraremos un desvío, un camino ascendente
dirección noroeste. Lo seguimos. Llegaremos a un prado y, más adelante, a un
segundo prado, más extenso, desde el que se puede ver el poste geodésico que
marca la cumbre de la Llana. ¡Solo nos quedan unos 300 metros!
Si nos fijamos bien, la campa en la que
nos encontramos se inclina hacia el noroeste formando la cabecera de una
cuenca. Bajamos hacia el bosque siguiendo la vaguada de esa cuenca, donde
encontraremos, además de la cueva, algunas simas y dolinas del mismo sistema.
Por si acaso, usad el GPS (coordenadas de la cueva: 42.97126, -2.79364), no sea
que os metáis en una sima.
La cueva se encuentra en el fondo de una
dolina repleta de vegetación, tanto que puede dificultar acercarse, al menos en
primavera. Nada más entrar hay un muro y dos piedras verticales que marcaban
una antigua puerta. El suelo es el cauce de un arroyo (cuidado si se prevé
lluvia), y el techo y las paredes se encuentran recubiertos de oro y plata como
si del hogar de una lamia se tratase; pero no os frotéis las manos: es solo una
ilusión, un efecto causado por la refracción de nuestra luz en las gotitas de
agua. Así que, como sucede en las leyendas, si intentáis sacarlos de la cueva,
el oro y la plata se convertirán en “carbón”.
Para regresar tomaremos un camino bien
marcado que encontraremos bajando (al oeste) a unos 30 metros de la cueva. Lo
tomamos a mano izquierda (suroeste). A unos 300 metros saldremos del bosque y
nos encontraremos en una campa (coordenadas: 42.96816, -2.79740), donde el
camino vira a la izquierda (sureste); para regresar a Zárate solo tenemos que
continuar por él, que nos llevará de regreso a la verja metálica.
Disfrutad de la excursión y, como siempre,
no olvidéis respetar las formaciones y a los habitantes de la oscuridad. ¡Hasta
la próxima semana!
NOTA: Las coordenadas son
WGS84 (EPSG:4326), el sistema en que se basa el GPS y el que usa Google Maps
(podéis copiarlas y pegarlas directamente en Google Maps tal como están
escritas).
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Lavadero de Zárate: punto de partida |
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Zárate desde la distancia |
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Paso canadiense: tomar hacia la derecha y después el ramal de la izquierda (por donde sube la gente de la foto) |
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Aquí abandonamos la pista señalizada hacia el Gorbea y tomamos este camino |
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Desde este prado nos dirigimos al bosque de cipreses (al fondo a la izquierda), donde pronto encontraremos un segundo prado. |
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Desde este segundo prado deberemos internarnos en el bosque a la altura de la incipiente vaguada (en el centro de la foto). |
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Una de las simas del sistema de Lazalday |
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Boda de la cueva. En primavera la vegetación puede complicar el acceso. |
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Boca de la cueva. |
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Restos del muro a la entrada de la cueva. |
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Dos grandes piedras delimitaban el acceso a la gruta. |
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El "oro" y "la plata" tapizan aquí y allá el techo y las paredes de la cueva. |
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Vía de acceso a las profundidades de la cueva. |
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Fin de la exploración |
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Camino de regreso a Zárate, a pocos metros ladera abajo de la cueva. |
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Al llegar a esa campa hemos de torcer a la izquierda. |
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Pinares en el camino de retorno. |
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Ponis tras un vallado en el camino de retorno. |
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Mágica luz del sol a través de las hojas de un castaño.
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