Esta semana os propongo ascender al monte Izpite
visitando sus cuevas (incluida la del cura guerrillero, Manuel Santa Cruz), una
excursión de unos 10 km. ida y vuelta.
Partimos desde el aparcamiento del Parque
Natural de Urkiola (coordenadas: 43.06212, -2.62272), a kilómetro y medio al
norte de Olaeta. El recorrido hasta el collado ya lo expliqué detalladamente en
mi publicación de hace 3 semanas, y también me referí a él en la de la semana
pasada; así que, para no repetirme demasiado, lo resumo en el siguiente
párrafo. (Podéis acceder aquí
a la ruta detallada).
Lo primero es tomar la pista que parte del
aparcamiento hasta el punto de coordenadas 43.070130, -2.616685. Tomar ahí el camino
que parte por la derecha hasta el punto de coordenadas 43.069611, -2.613325.
Ahí dejamos el camino y tomamos hacia el bosque a nuestra derecha hasta un
nuevo camino (coordenadas: 43.069253, -2.612969) que seguimos hasta la cresta
(coordenadas: 43.068633, -2.614132) y, desde ahí, hacia un pequeño collado
(coordenadas: 43.067596, -2.611873). Subimos a derecho hasta un bosque de
cipreses (coordenadas: 43.065569, -2.608778) y lo atravesamos para llegar a una
pista (coordenadas: 43.065745, -2.607999). Solo queda seguirla hacia la
izquierda y llegaremos al collado Leizaga (coordenadas: 43.069363, -2.596660).
Una vez en el collado, veremos un poste de
señalización desde el que parte una senda señalizada con marcas amarillas y
blancas (PR), que debemos seguir hacia el norte, en dirección al monte Izpite.
En el punto 43.071424, -2.596728, nos encontramos con una bifurcación;
continuamos por el ramal izquierdo. Pequeños hitos de piedras y puntos de
pintura roja nos ayudarán a no despistarnos, cosa no demasiado complicada.
Ya dentro de un bonito hayedo, en el punto
de coordenadas 43.075493, -2.595725, deberemos abandonar la senda para
emprender la subida por la empinada ladera del Izpite. ¡Ojo!: no hay ninguna
marca o indicación que nos avise, así que es fácil despistarse. Eso sí, si no
nos hemos pasado de largo, podremos encontrar un nuevo sendero menos evidente,
señalizado como el anterior, con marcas rojas y piedras apiladas, que nos
acompañará casi hasta la cumbre.
La primera cueva la encontraremos a
escasos cinco metros de la senda (coordenadas 43.075138, -2.593698). La entrada
es sencilla, aunque a los pocos metros se estrecha y desciende en una sima
accesible solo para espeleólogos.
Retomamos la senda. Poco después, en el
punto 43.075244, -2.593499, volvemos a abandonarla para dirigirnos hacia unos
paredones rocosos (coordenadas 43.075368, -2.591563) que se atisban entre las
ramas de las hayas si el follaje no nos los oculta. Ahí nos encontramos con
unos impresionantes monolitos, gigantescas columnas naturales de piedra
visiblemente inclinadas. Nadie pensaría que en uno de esos monolitos se abriese
una estrecha cavidad (coordenadas 43.075389, -2.592171) donde un reo a punto de
ser fusilado logró ocultarse y escapar de la muerte. De hecho, es difícil de
encontrar si no se conoce, incluso teniéndola delante de las narices.
La entrada a la cueva es una grieta que
atraviesa el monolito por una gatera casi vertical hacia el precipicio que se
ve al fondo, un tobogán hacia una muerte segura. ¡O eso parece!, porque
enseguida llegamos a una estrecha plataforma horizontal junto a la que veremos
una urna de metacrilato con documentos: ¡Estamos en la cueva del cura Santa
Cruz!
Manuel Santa Cruz fue un sacerdote carlista
que, incluso tras la derrota de don Carlos de Borbón, capitaneó una lucha de
guerrillas en defensa de los fueros y la religión. Los excesos y crueldades en
sus escaramuzas eran tales que, incluso, el comandante carlista Antonio
Lizarraga dictó sentencia de muerte contra él. Finalmente, lo detuvieron y lo
trasladaron a Ibarra para fusilarlo al día siguiente, pero escapó descolgándose
por la ventana con sábanas anudadas. Se ocultó durante horas bajo las aguas del
cercano río respirando mediante una caña hueca hasta que, horas después, un
pastor lo ayudó y lo ocultó en esta misma cueva, desde donde logró huir a
Francia.
Podemos revisar las fotografías y
documentos de la urna (dejándolos luego en su sitio) antes de abandonar la
cueva. Retomamos la senda donde la habíamos abandonado (coordenadas 43.075244,
-2.593499) y continuamos el ascenso. En el punto 43.076616, -2.591961, cerca ya
de la cumbre, volvemos a abandonar la senda para buscar la cueva de Izpite. La
encontraremos en el punto 43.076296, -2.591618, aunque su acceso es bastante
complicado. Sin embargo, cerca de allí (coordenadas 43.076315, -2.591736) hay
una segunda entrada a nivel del suelo que nos permite acceder con facilidad.
Cerca de la entrada hay una sima de la que sale una corriente de aire. Evitando
la sima podemos acceder a una pequeña galería que se estrecha hasta hacerse
inaccesible a los pocos metros.
Regresamos al sendero y continuamos hasta
una pequeña campa (coordenadas 43.076789, -2.591617), donde nos encontramos con
una nueva senda. Ya solo nos queda seguir el ramal de la derecha, que nos
dejará en la cumbre (coordenadas 43.076692, -2.590798) en unos 50 metros.
Disfrutad de la excursión y, como siempre,
no olvidéis respetar las formaciones y a los habitantes de la oscuridad. ¡Hasta
la próxima semana!
NOTA:
Las coordenadas son WGS84 (EPSG:4326), el sistema en que se basa el GPS y el
que usa Google Maps (podéis copiarlas y pegarlas directamente en Google Maps
tal como están escritas).
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Entrada a la primera cueva |
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A los pocos metros la cueva da paso a una estrecha sima |
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Los llamativos colores suplen la escasez de formaciones de la cueva |
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En este punto dejamos la senda en busca de la cueva del cura guerrillero |
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Gigantescos monolitos esconden la cueva. |
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Al poco de entrar vemos la plataforma que nos libra de despeñarnos. Aun así ¡cuidado!: la piedra resbala |
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Urna en recuerdos de la huida del cura Santa Cruz oculto en esta cueva |
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Documentos de la urna (fotocopias, por supuesto) |
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Manuel
Santa Cruz, el cura guerrillero |
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Plataforma junto al precipicio, donde permaneció escondido. |
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Vista desde la plataforma |
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Salida de la cueva |
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Uno de los monolitos anteriores, camino ya de la última cueva. |
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Cueva del Izpite. Complicada entrada en vertical. |
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Por suerte existe otra entrada cercana más sencilla. |
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Interior de la cueva |
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Últimos metros antes de la cumbre. Al fondo, el Amboto. |
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Buzón y cumbre del Izpite. |
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Buzón montañero. |